Aprende magia en la Universidad

Fernando Arribas, director de la programación académica

Aunque ha habido otras experiencias universitarias (sin ir más lejos en algunos sitios se ha usado uno de mis libros para dar clases) es la primera vez que se ofrece en España una titulación universitaria de ilusionista. Una carrera de tres años dividida en trimestres, a cuyo final se puede obtener un título del Real Centro Universitario Escorial-María Cristina (adjunto a la Universidad Complutense). No tendrá reconocimiento oficial del Estado, como ocurre con muchos de los que otorgan universidades privadas (yo mismo obtuve el título en Sociología de la Universidad Pontificia de Salamanca, aunque en este caso al ser una carrera reconocida bastó un examen para su homologación por la Universidad Complutense). ¿Entonces, merece la pena el esfuerzo de dedicar tres años de tu vida y desembolsar 6.750€?:

Depende de tus objetivos. Si solamente quieres aprender algunos juegos para entretener a tus amigos, desde luego que no. Si quieres convertirte en un profesional desde luego que sí. Algunos magos -profesionales incluso- cuestionan en los foros el tiempo y dedicación exigidos así como la cuantía; 750€ al trimestre. Ya sé que no todo el mundo puede permitírselo, pero la cuestión no es esa. Se trata de una universidad privada y poner esto en marcha con calidad educativa tiene unos costes. Desde ese punto de vista es barato. Yo mismo he invertido en mi formación profesional cuatro o cinco veces esa cantidad. Y cualquier mago que lleve tiempo en esta profesión dirá lo mismo. Entre otras cosas porque a lo largo de los años hay que comprar muchos libros, dar muchas clases y seminarios, acudir a muchos congresos, hacerse con mucho material… que más del 50% no esta al alcance del bolsillo aficionado. Y que más del 50% no sirve para nada o ha sido una inversión errónea. Y es que cuando se estudia para capacitarse como profesional en un campo de actividad donde no hay una educación reglada, solo se avanza por prueba y error. Y eso supone gastar mucho tiempo y dinero. Viendo el programa de estudios solo puedo decir que el estudiante obtiene dos beneficios: -ahorrará mucho dinero quien quiera conocer todas las especialidades y estudios complementarios que se han previsto. -pedagógicamente ahorrará mucho tiempo al recibir una formación en un orden lógico de profesores competentes.

Carlos Adriano, profesor de magia infantil

El claustro de profesores es difícilmente mejorable. Desde luego no están todos los que son, pero sí son todos los que están: más de 25 especialistas en las diversas ramas de la magia. Acreditados profesionales que viven del trabajo real en los escenarios, la mayoría -por no decir todos- con experiencia pedagógica en seminarios, talleres, etc, que han impartido sobre su especialidad. Y con premios nacionales e internacionales en su haber, o sea, con el reconocimiento de la profesión. Todos ellos dirigidos por Fernando Arribas, alma mater del proyecto y que además de diversos premios que le avalan ha estado varios años impartiendo un seminario en la Universidad de Valladolid.

De la seriedad con que el Centro Universitario de El Escorial -fundado por la Reina Regente Dª María Cristina de Habsburgo y Lorena en 1892 y dirigido por la Orden de los Agustinos- se ha tomado esta iniciativa es muestra que a pesar de no ofrecer título oficial reconocido por el Estado, se pueden obtener dos títulos; el Certificado Superior de Ilusionismo para quienes no tengan aprobada la selectividad y el Título Universitario de Ilusionismo, para quienes la tengan aprobada. Para obtener cualquiera de los dos títulos, no basta con desembolsar los costes trimestrales, sino que hay que cumplir algunos requisitos entre los que se encuentra elaborar un trabajo de investigación; lo que vendría a ser una tesina.

Uno puede preguntarse ¿para qué tanta exigencia para un título no oficial? En primer lugar por el prestigio del propio centro universitario. Aunque se otorguen títulos propios sin reconocimiento oficial, éstos no pueden ser una simple compra venta de certificados universitarios. A la Universidad le interesa dar validez pedagógica y prestigio a sus títulos propios. Además al estudiante le interesa poder exhibir esta titulación en su curriculum sabiendo que no enseña un papel desprestigiado.

Jeff, profesor de hipnosis teatral

Hoy en día parece que basta con bajar el precio para obtener el trabajo como ilusionista. Pero es que un ilusionista puede encontrar muchos trabajos diversos, al margen de gestionar sus propios espectáculos: dar cursillos de magia para mejorar la autoestima de los discapacitados, formar parte de la tripulación de un crucero, asesorar a empresas de eventos, formar parte del equipo de campamentos de verano, por citar solamente algunos ejemplos donde la capacitación más allá de conocer «el truco» es necesaria. Claro que pueden dar el trabajo a otros artistas sin titulación, pero que duda cabe que si el director de un colegio va a confiarte a los niños que tiene en custodia, se fijará además del precio en tus estudios de magisterio o psicología, por ejemplo, y en el de ilusionista titulado ¿no? No se trata solamente de formarse, de capacitarse, también de ofrecer confianza al cliente.

De modo que yo veo útil el esfuerzo personal y económico para quien quiera hacerse un profesional de la magia o vaya camino de ello. En este sentido se han incluido nociones teatrales (desde la interpretación a la luz y el sonido) una carencia habitual en muchos ilusionistas semiprofesionales, a pesar de que de las artes escénicas (teatro, circo, variedades) procedemos y es nuestro espacio natural. Es de agradecer que el programa de estudios vaya más allá de lo que es estrictamente ilusionismo. Pero en cambio hecho de menos tres materias, la relación entre magia y efectos especiales (muchos magos no saben que usan habitualmente un explosivo llamado nitrocelulosa, por ejemplo), la prevención de riesgos laborales y los conocimientos jurídicos para desenvolverse con contratos, derechos de autor, los modos de trabajar de los teatros y programadores culturales, y otros aspectos afines. Aún así el programa previsto es enciclopédico y solo podemos felicitar a Fernando Arribas por haber llevado adelante este proyecto rodeado de un buen equipo de colaboradores. ¿Tendrá éxito? No sé si compensará mantener esta carrera no oficial en estos tiempos de crisis. Pues estamos rodeados de principiantes que confunden saber un par de trucos y asombrar a sus amigos, a veces muy bien, con ser profesionales. La arrogancia de muchos artistas que trabajan ilegalmente reventando el mercado. Quizá la pobreza a la que nos aboca el sistema financiero y su crisis no pueda impedir la lacra de la picaresca de la competencia desleal, que pagamos quienes hemos invertido tiempo y dinero en ofrecer lo mejor de nosotros mismos. Pero desde luego que este tipo de iniciativas marcará la diferencia entre unos y otros. Como decimos en el teatro para desear éxito: ¡mucha mierda!

Información sobre el Programa Universitario de Ilusionismo «Wenceslao Ciuró»  pinchando aquí.