Agosto es uno de los meses en que no paramos de viajar de un lugar a otro. Muchas veces llegas, montas, actúas y desapareces sin poder conocer el lugar que visitas. En un momento puedes estar haciendo magia en Navarra, en un lugar montañoso, entre bosques, hayedos y helechales como Beintza-Labaien y casi seguido estar actuando en el Real Hospital de la Purísima Concepción, fundado en 1443, en Madrigal de las Altas Torres, en esa Ávila llena de historia. Una distancia suficiente como para tener que hacer noche y así poder obligarte a ver lo que te pierdes cuando llegas, actúas y te vas. Bueno, ahora a preparar el material para estos días; mañana Burlada, al lado de casa, pasado Abárzuza, no muy lejos, al otro…
Mi gran ilusión favorita, entre todas las que tengo en repertorio,  ideada en 1965. No es la más impactante pero es la más versátil. Podemos hacerla en cualquier escenario y a cualquier distancia del público, incluso rodeado. El público puede examinarla y el efecto es espectacular: la mujer cortada en tres trozos. Yo le he añadido mi toque personal en la presentación quitándole  dramatismo y haciéndola más apta para todos los públicos: