En 2006 mantuve una sección fija en Radio 5 Todonoticias, narrando historias del mundillo del ilusionismo. Algunos relatos parecen exagerados -es lo que tienen las tradiciones de cualquier gremio- y a veces lo que se cuenta de un mago se atribuye también a otros. Pero como sucede siempre, aquello que parece ficticio suele ser lo verdadero.
Hubo un tiempo en el que por las ferias y fiestas aparecÃan los periquitos videntes y los gatos quita males. Una degeneración de números mayores como el cerdo o el caballo sabios, cuyas andanzas empiezan en el siglo XVIII. Parece que entre los animales doctos, el primero de todos en llegar a los circos y teatros fue el cerdo; desde DublÃn a Londres y de ahà al estrellato, en el último tercio del siglo XVIII. Cuentan que los acróbatas, ofendidos por compartir cartel con un gorrino, amenazaron con irse del circo si no se apeaba al cerdo el tratamiento de estrella circense. Entre las acrobacias humanas y las dotes intelectuales del cerdo, la empresa se decanto por el cerdito ¡viva la cultura! Porque el cerdo sabio era capaz de deletrear… con ayuda de unos cartones, no vocalmente desde luego. Entre otras habilidades donde demostraba no ser un analfabeto. Pronto surgieron imitadores. Los circos se poblaron de animales que sumaban a ladridos, restaban a coces, etcétera: Continuar leyendo «Relatos de magias (19): Trasto, el perro que suma»