Relatos de magias (10): Tolito

Tolito

En 2006 mantuve una sección fija en Radio 5 Todonoticias, narrando historias del mundillo del ilusionismo. Algunos relatos parecen exagerados -es lo que tienen las tradiciones de cualquier gremio- y a veces lo que se cuenta de un mago se atribuye también a otros. Pero como sucede siempre, aquello que parece ficticio suele ser lo verdadero.

¿Dónde fue el huevo?:

El mago mete la mano en la bolsa, una pequeña bolsa de tela y saca  un huevo. Antes de que los parroquianos acaben de aplaudir pone el huevo en la bolsa, una vez más y no será la última, la estruja, la dobla, la tira al suelo y la pisotea, le da la vuelta del revés, la sacude. Ha vuelto a desaparecer: ya no hay huevo que valga:

Las mesas van dejando sus partidas de mus, tute o subastado y apagan los cigarrillos como para ver mejor, alguien baja el volumen de la televisión, a veces hasta la apagan. Un gesto mágico y el mago saca el huevo de la bolsita imposible. Será un huevo de madera, o de goma, o de papel, o de qué se yo qué… pero plegable, dúctil, flexible, maleable e irrompible: seguro que sí. Pues no, el mago sabe lo que estamos pensando, toma prestado un vaso y casca el huevo. Todas las cabezas al unísono se inclinan a mirarlo estrellado contra el vidrio, con su cáscara, con su clara, con su yema y con su todo. El público ríe nerviosamente y aplaude. Aplauden a ese mago achispadillo que parecía que se le iba a ofuscar la mente, trabucar la lengua o desbaratar los dedos. Pues no. Juan José Gorostegui, más conocido por Tolito, 1920-1996, no ha hecho más que empezar su actuación, por delante hay hora y media o dos horas de espectáculo en cualquier taberna de España.

Antes de todo Juan José gana un concurso de artistas en su Bilbao natal (luego vivirá en Vallecas), tiene diez años, se estrena como El profesor Tolo, y madurará como Tolito. Ya es Tolito para siempre. Comienza de ayudante de Carleodopol II, un mago al que Juan Gallego Luque y Miguel Ángel Gea han rescatado del olvido en su Historia de la magia española del siglo XX. Con restos de circos naufragados en la guerra civil, Tolito consigue montar el Circo Rossini, pero tiene problemas con el régimen y se queda sin el material. Al final trabajará por bares y tabernas, sin cobrar entrada, sacando sus emolumentos del sorteo de una botella de aní­s, método de trabajo de los magos ambulantes de tiempos pretéritos.

Tolito tiene un dado y una paloma,/ una tos y una copa llena de vino,/ y unas ropas con polvo de los caminos,/ caminos que jamás llegaban a Roma./ (…)  Empieza la función, pongan atención,/ el circo cabe en un asiento del vagón/, Si quieres verlo ven, busca en el andén/ Tolito siempre esta bajando de algún tren/, Le escribió y cantó Joaquín Sabina.

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