La mayorÃa de los artistas que aspiran a la profesionalidad se centran en buscar «materiales» que les distingan de los otros -guiones, puesta en escena, artilugios, habilidades, etc. Desde luego yo también trabajo en hacer una oferta artÃstica diferenciada, pero hay un aspecto que suele descuidarse: ¿cómo pueden saber nuestros clientes potenciales si somos los artistas adecuados? En el caso del mercado infantil esto significa que nuestro lenguaje, aspecto, trato, sea correcto con los niños. Porque la calidad del espectáculo debe suponerse y puede evaluarse por el boca a boca, fotos, grabaciones, etc. ¿Pero con quién dejamos a nuestros niños? ¿Podemos confiar?
Cuando trabajo en fiestas privadas los padres o tutores estan presentes y pueden evaluar en tiempo real lo que hago y cómo lo hago, pero cuando trabajo en colegios quien me contrata adquiere una cierta responsabilidad ante padres y tutores, que a lo mejor ni siquiera saben que durante una hora sus hijos están en mis manos para divertirse o asustarse, para tener una experiencia grata e inolvidable o por el contrario desagradable e inapropiada.
Lamentablemente no todo artista supuesto profesional tiene conocimientos pedagógicos, o simple y sencillo sentido común de adaptar sus maneras y repertorio al público y la circunstancia. Muchos ignoran que una práctica corriente y aparentemente inocua como inflar un globo con la boca, en lugar de hacerlo con un inflador manual,  jamás debe hacerse ante niños en un hospital, pues con el globo se estarÃan regalando microorganismos que pueden afectarles.
Este aspecto -poder ofrecer confianza- es para mà tan importante que este blog se encabeza con un enlace a un artÃculo sobre cómo saber si el mago contratado es realmente profesional. Rasgo que ya puede darnos una cierta garantÃa.
Mi consejo es, ante la proliferación del intrusismo en el sector del espectáculo: si usted va a poner a sus hijos o a los hijos de otros en manos de un tercero ¿por qué no pedirle a éste un certificado de antecedentes penales? Quizá mi consejo parezca exagerado o radical, pero no es idea mÃa. En el Reino Unido ningún artista trabaja en ninguna fiesta infantil o escolar si no presenta un papel que demuestre limpieza penal…