Magia en restaurantes ¿por qué?

Actuando en el Casino de Pamplona para Mapfre

O en bares, o en pubs, o en cafeterías… solo hay una razón: hacer más caja. Podemos dar multitud de razones para hacer magia en locales de hostelería:

-Conseguir más clientes para cumpleaños y celebraciones familiares o despedidas de soltería. El local hace más caja gracias al complemento del espectáculo.

-Ofrecer algo que no ofrecen otros restaurantes de la competencia bien en temporada como comuniones o navidad, o bien con regularidad tal que ciclos de actuaciones, por ejemplo cuatro viernes al mes alternando magos, monologuistas, payasos, humoristas, etc.

-O al revés, hacerlo puntualmente, por ejemplo en el aniversario del local, para que los clientes habituales sientan que se les obsequia.

-Entretener a los comensales cuando se va a tener un servicio lento.

-Atraer clientes al pub en los días flojos o en los días de mucha competencia.

-Ofrecer un entretenimiento el el bar del hotel dirigido a una clientela casi cautiva, gente de negocios que no sale a tomar una copa por no volver tarde, pero que la tomará en la cena durante el espectáculo.

-Hacer una campaña de publicidad cuando cambia la dirección del local.

-Tener entretenidos a los niños en los restaurantes familiares mientras los adultos terminan de comer.

-Ofrecer un show para adultos que permita doblar las copas.

-Aumentar el precio del menú al incluir un espectáculo en una fecha como el patrón de la localidad o Halloween.

-Especializarse en restauración para fiestas de empresa.

Todas estas son razones tácticas. El objetivo estratégico es aumentar los ingresos.

Cada tipo de local, cada modelo de negocio, tiene que buscar sus propias razones. Un ilusionista profesional tiene que tener claro cual es el objetivo táctico del propietario o gerente. Porque solo cumpliendo ese objetivo se llegará en un plazo mayor o menor al objetivo estratégico: ganar más dinero.

En El Rincón de Rivas (Rivas-Vaciamadrid)

En estos tiempos de crisis hay locales que se resignan a perder dinero programando a magos o monologuistas con la esperanza de fidelizar a una clientela que les de rentabilidad a largo plazo. Hay que entenderlo. Por eso para los artistas es importante también comprender que hay que arrimar el hombro. Uno no puede cobrar el mismo dinero en un local que no cobra entrada que en un teatro, ya sin tener en cuenta el aforo. A nosotros nos interesa colaborar porque nos cubren fechas u horas de poco trabajo. Pero a la larga estos locales no podrán sostener las actuaciones si no ganan dinero. A veces vemos artistas muy satisfechos de sí mismos por el show que han hecho -para los aficionados y amigos incondicionales que han acudido y que apenas contribuyen a la caja (por lo general)- en cambio, lo que debemos es tener cintura para comprender las necesidades del local y adaptarnos al tipo de público del momento. En esto, como en todo, la experiencia también es un grado y dar oportunidades a novatos sin garantía, sin seguros de responsabilidad civil y sin profesionalidad es un error.

Además como dijo alguien «Un mago de pub es como un músico de jazz; carga en su coche de 2.000 $ un instrumento de 5.000 $, conduce 100 millas y hace un concierto por 300$. Solo porque ama su trabajo«.