Hay cosas que no tienen precio…

…como la sonrisa y la sorpresa de unos niños. Ayer, en mi espectáculo para bebés (hasta 4 años) www.magiaparabebes.com en la ludoteca de Beriáin. Un viejo pueblo minero, construido con el sudor de la inmigración. O mejor dicho, un viejo pueblo rural navarro y un nuevo barrio minero, que a base de años han dejado de ser respectivamente Beriáin y Potasas, para ser todos Beriáin. Pasan en un momento por mi mente los años de la lucha sindical, la reivindicación democrática, la iglesia a rebosar en cada funeral por un minero, el grupo de teatro que colaboré a poner en marcha en los años ochenta, las amistades interrumpidas por el tiempo o, de nuevo, la emigración. La vida sigue. La nostalgia es un error.