Hay un concepto en magia muy difícil de explicar pues no tiene equivalente castellano. Lo llamamos timing. Hay que encontrar el timing. Diríamos que es encontrar el ritmo correcto a las acciones físicas, pero ritmo no es exactamente lo que queremos decir. Y tiempear es una palabra que no existe. Tampoco es encontrar la velocidad adecuada en ejecutar las acciones. Pero es ambas cosas. Y añadiendo el uso de las pausas, se trata de encontrar en lo que se hace el modo correcto de ejecutarlo, de manera que cobre fuerza dramática, expresión, y sea entendido: comunique.
Así que por un lado esta un timing inherente a la serie de acciones físicas y verbales que ejecuta el actor -en sentido amplio, magos, bailarines, recitadores, cantantes, humoristas, etc.- su trabajo es descubrir ese timing «natural». Y por otro lado esta la manipulación de ese timing, acentuando pausas para dar tiempo al público a asimilar lo que ocurre, sacar una conclusión, etc. o dando énfasis, variaciones de ritmo, velocidad, etc.
Es frecuente que el mago novato acelere sus acciones cuando va llegando el final del juego, particularmente el momento de la trampa secreta. Tiene miedo de que le pillen y quiere que todo pase cuanto antes. Incluso es muy frecuente que en ese momento preciso el mago cierre los ojos. De algún modo modifica o altera el timing y aunque en el mejor de los casos el público no sepa por qué, siente que algo ocurre fuera de lo normal.
¿Y María Callas? Esta misma mañana, hoy que es el aniversario de su muerte en París en 1977. He escuchado en la radio dos técnicas de la Callas que tienen que ver con lo anterior y que forman parte de su bajage actoral tan elogiado.
Decía que para expresar las emociones que tiene el personaje solo hay que escuchar la música, porque el compositor expresa con ella los sentimientos del personaje. Y si algo es la música es el arte de trabajar con el tiempo. Así hay personajes y emociones que tienen un timing. Esto es lo que yo extraigo del pensamiento de la Callas. Cuando actuamos no hay una música externa que pueda oír el público. Bueno, puede haber una música que hayamos escogido. Pero quiero decir que las propias acciones del mago no producen música. Sin embargo de algún modo hay que intentar oírla y surgirá de un modo natural el timing adecuado.
La segunda técnica de la Callas es pura comunicación. Piensa en la frase que tienes que cantar; te la dices a tí mismo, luego la llevas a la cara, la expresas en el rostro y después la cantas. En otras palabras lo que la Callas nos dice es que primero internalizas, eres consciente de ello, después anticipas en el rostro y añadiría, en la expresión corporal, lo que inmediatamente va a ser dicho o realizado. Esto hace que el público vea venir lo que vas a decir y sentir, que adivine lo que esta pasando. Y esto no es solo una gran técnica de comunicación. Es una técnica inteligente pues al público le gusta creer que es él quien descifra las pistas.
Bien, ahora haz todo esto siguiendo las instrucciones del director de orquesta, adecuándote a la actuación de otros actores -actuar implica interactuar- y sin desafinar. Esto significa que la partitura esta tan asumida que la cantas en piloto automático para concentrarte en llevar adelante todo con un timing adecuado. Para esto se ensaya, para automatizar acciones físicas y verbales. Solo así puede un actor sentirse libre dentro del corsé del verso de Lope de Vega o bailando El lago de los cisnes. Cuando domina su repertorio.