Coaching (25): La cultura y la risa nos salvarán

Alice Herz-Sommer tocó el piano todos los días durante 100 años, a pesar de tener mutilados dos dedos y de su avanzada edad. Su filosofía vital se resumía en una contundente frase:  «Mi elección en la vida es no lamentarme de nada».

Nació en Praga y falleció el pasado 23 de febrero en Londres, donde se instaló a mediados de los años ochenta. A los 110 años. Pianista y profesora de música. Con 40 años fue deportada junto con su hijo al campo de concentración de Theresienstadt, a unos 60 kms al norte de Praga. Un siniestro lugar a donde se enviaba a detenidos con habilidades y profesiones artísticas a fin de permitirles una cierta vida social y cultural que engañase a instituciones como la Cruz Roja sobre el verdadero significado de los campos de concentración. A pesar de las apariencias, sobrevivir no fue mucho más fácil que en otros campos de exterminio. Unas 150.000 personas pasaron  por el lugar y solamente sobrevivieron poco más de 17.000.

Alice Herz-Sommer: la alegría de vivir

Alice Herz-Sommer quizá vivió 110 años gracias a  la música, una actitud positiva y el valor que daba a la risa. En el enlace pinchando aquí, un fragmento de un documental donde transmite su entusiasmo vital a pesar de su venerable edad. Con este documental -del que el enlace es un fragmento subtitulado por Indignados de Costa Rica- Malcolm Clarke obtuvo un Oscar. No he podido dejar de recordar al psiquiatra austriaco Viktor Frankl -hay que leer su libro El hombre en busca de sentido– quien sobreviviera en Auschwitz y Dachau bada menos que reescribiendo a escondidas y en cualquier trozo de papel ¡su tesis doctoral! Dijo Frankl y estoy seguro de que lo suscribiría Alice Sommer:  «Cuando no esté en tus manos cambiar una situación dolorosa, siempre podrás escoger la actitud con la que la afrontes».