mi ilusión favorita

Mi gran ilusión favorita, entre todas las que tengo en repertorio,  ideada en 1965. No es la más impactante pero es la más versátil. Podemos hacerla en cualquier escenario y a cualquier distancia del público, incluso rodeado. El público puede examinarla y el efecto es espectacular: la mujer cortada en tres trozos. Yo le he añadido mi toque personal en la presentación quitándole  dramatismo y haciéndola más apta para todos los públicos:
Ned Williams (Sudáfrica 1909-Reino Unido 1978) es uno de los grandes genios de la magia del siglo XX. Conocido artísticamente como Robert Harbin, es inventor de numerosos aparatos de magia, además de ser un pionero del origami. Fue el primer mago en aparecer en la televisión  británica y actuaba tanto en teatros, como en cabarets. De ahí, quizá, su ingenio a la hora de adaptar o idear grandes ilusiones escénicas a soluciones todo terreno. Evitando problemas de ángulos, número de ayudantes, o buscando hacerlas fácilmente transportables.
Esta ilusión es el mejor ejemplo de ello. Tomó una ilusión como «La mujer aserrada», le quitó truculencia -había en los años veinte quien tenía el mal gusto de sacar vísceras ensangrentadas- y sobre todo facilitó la visualización por parte del público simplemente poniendo a la mujer en vertical en vez de horizontal. Parece sencillo, como concepto, pero técnicamente su solución fue revolucionaria. Además el aparato en que se corta a la asistente con unas cuchillas, puede girarse, por lo que es apto para espacios en los que se esta rodeado de público. En su presentación original Harbin llegaba al escenario con el cajón desmontado, lo iba armando a la vista del público para quitar toda sospecha de trucajes como dobles fondos, chicas escondidas, etc.
Hoy en día se considera que  es un aparato libre de derechos que cualquiera puede fabricarse, esto es así porque el número de copias piratas es incontrolable. porque en la magia, al ser un mercado relativamente pequeño no merece la pena la protección a través de patentes por todo el mundo que hay que ir renovando. Entre otras cosas porque basta una pequeña modificación para que la ley considere que se trata de otro aparato o que son especificaciones diferentes no protegidas. Lamentablemente no basta con la ética para protegernos del plagio, aunque es a lo único que al final podemos apelar. Harbin escribió en 1970 un libro abrumado por la proliferación de copias, la mayoría mal hechas, con medidas equivocadas o que equivocan al público, además de no respetar o desconocer en la presentación al público, las sutilezas psicológicas usadas por Harbin en sus creaciones para hacerlas aún más engañosas. Por ejemplo hacer que una persona del público se meta dentro para comprobar que no hay ayudantes secretos o trampillas secretas o espejos (que suele ser lo primero que se le ocurre a un espectador no iniciado y conviene quitarle esas soluciones de la mente, por lo demás errónea). De hecho alguna vez se han divulgado planos incompletos y soluciones parciales que no tienen mucha utilidad si no se tiene toda la información (y la formación) y en realidad confunden más que explican. Su libro estaba limitado a 500 ejemplares, incluyendo los derechos de fabricación con planos e instrucciones correctas, pero se estima según el libro Guiness de los récords que hay unos 15.000 aparatos. O sea 14.500 son falsificaciones de calidades diversas para magos de calidad variada. De ahí que no todos consigan el impacto que consiguió Harbin y que todos soñamos lograr. Hoy el libro de Harbin puede encontrarse por 1.500 ó 2.000 $ y aunque no se reedita de momento -esa era su intención y se destruyeron las planchas- los derechos de autor estan vigentes y los tiene el Magic Circle de Londres; el más antiguo club de magia del mundo.
Algunas variaciones que se inspiran legítimamente en su legado:

www.navarcadabra.com