Coaching (7): magia versátil

Un viejo maestro de la magia recomienda; cuando actúes contratado para niños, después acércate a los adultos y haz algo breve para ellos. Y viceversa. El motivo es que quizá puedo ser un artista fabuloso para adultos, pero como me han contratado para los niños el público no asume que puedo «cantar» en otros registros. Quizá este perdiendo un contrato para una «despedida de soltera» porque me ubican en «comuniones». Claro que:

esto es válido si realmente eres un mago versátil (o humorista o ventrí­locuo o cantante o animador o lo que sea): Verdaderamente hay artistas encasillados en una especialidad y no quieren salirse de ella. Por ejemplo Juan Tamariz no desea ser un presentador y entregar un premio en un acto, dice que no sabe entregar premios. Pero ha presentado maravillosamente sus propios programas de televisión. Hay magos mentalistas que no pueden hacer magia cómica. Pero Christian Miró es el primer mentalista en obtener un premio nacional de magia precisamente haciendo reí­r. Hay magos que llevan el mismo guión ante un auditorio familiar que ante un público nocturno de bar de copas. Evidentemente el lenguaje no puede ser el mismo. Uno de los mejores especialistas en magia infantil, el alicantino Dexter, lo es también en café-teatro y cabaré, precisamente por su versatilidad. Tengo compañeros que estiman la dificultad de la magia infantil pero no la hacen por encontrarse más cómodos en otros géneros. Y conozco a quien es un maestro en la magia en cortas distancias, por ejemplo deambulando en un cóctel, pero no es capaz de dirigir la atención del público en un escenario. Lo contrario también ocurre.

La mayoría de los profesionales a tiempo completo cuando se nos plantea un trabajo que conocemos, aunque no sea nuestro mercado habitual, podemos tirar de oficio y de recursos. O si realmente no es nuestro campo sabremos a quien recomendar. La mayoría no tocamos todos los géneros ni todos los formatos, pero sí­ una amplia variedad, de modo que es verdad que a un profesional le conviene dar una pincelada, un atisbo de otros registros ante sus clientes.

Esta reflexión me ha venido a la mente repasando fotos donde me veo en distintos personajes, desde la sobriedad clásica al clown-mago y en diversos formatos (presentador, escenario, restaurante, etc.) y me doy cuenta de que algunos de estos personajes, sin dejar de ser yo mismo, son contradictorios. Como si fuesen otros magos.